El Balance Scorecard o Cuadro de
Mando integral, fue creado en 1993 por los Profesores de Harvard Business
School, Robert Kaplan y David Norton, Y mejorado de forma continua por las
mismas organizaciones en su afán de tener una herramienta eficiente de control y evaluación de las
estrategias.
Kaplan y Norton, 2001, citado por
Martínez y Millan (2005), indican “el éxito viene de hacer que la estrategia
sea el trabajo diario de todo el mundo” (p.192). Es precisamente en este
momento cuando estos autores introducen el Balance Scorecard como un
instrumento para medir resultado.
Para David (2008), el Balance
Scorecard es la herramienta que logra equilibrar o balancear las estrategias
financieras con las no financieras, como la calidad de los productos y el
servicio al cliente.
Para Martínez y Villa (2005), los
indicadores financieros arrojan datos en el futuro, es decir, tardíos, como
consecuencia de las acciones ya pasadas.
El BSC como herramienta o
metodología proporciona la información necesaria y relevante acerca de los
resultados de la visión en un conjunto de planes de acciones. Es importante
indicar que el BSC surge de la necesidad de ver a la empresa y a las
organizaciones no solo como generadores de utilidades, ya que era lo que
prevalecía hasta antes de los años 90, sino de verla un sistema más complejo la
cual se aborda desde diferentes perspectivas.
Según David (2008), el cuadro de
mando de integral es una herramienta que de control de gestión para la
evaluación de las estrategias a partir de cuatro perspectivas: desempeño
financiero, conocimiento del cliente, procesos internos del negocio,
aprendizaje y crecimiento. Esta herramienta debe de responder a las siguientes:
• La
empresa mejora y crea valor continuamente como la innovación, liderazgo y
calidad?
• Como
esta manejándose la empresa frente a su competencia.
• Que
tan satisfechos están clientes?
Es importante indicar que aunque
son cuatro las perspectivas que identifican un BSC, éste se puede construir sin
la necesidad de que se aborden todas, dependiendo esto básicamente de que estas
categorías abarcan todos los indicadores de gestión que pueden manejarse. Davis (2008), por ejemplo recomienda un
cuadro de mando integral con seis perspectivas (Clientes, gerentes/empleados,
operaciones/proceso, responsabilidad social/y ante la comunidad, ética
empresarial/ecológica, finanzas).
Según Martínez y Milla (2005),
existen cuatro situaciones que aconsejan la implantación del CMI, ya que
maximizan la potencialidad de su
metodología:
•Entornos competitivos altamente
turbulentos y cambiantes
•Situación interna de cambio
radical debido a un proceso de reorganización, fusiones, absorciones y/o
cambios del equipo directivo
•Importancia del capital humano
en la creación de valor(Por ejemplo en las empresas de servicio)
•Situaciones de elevado
crecimiento, en las cuales el desarrollo deficiente de las infraestructuras
organizativas pone en peligro la sostenibilidad de la expansión del negocio.
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